domingo, 12 de abril de 2009

PARACAS, LA GRAN AVENTURA DE LA VELA


Jueves 25 de Agosto, 11 am. En el Yatch Club de La Punta se empieza a sentir un movimiento inusual para un día de semana. Una docena de veleros se aprestan a partir hacia el sur para la esperada Copa Paracas. Aprovechando que el martes 30 es feriado, día de Santa Rosa de Lima, las regatas se realizarán los días sábado 27, domingo 28 y lunes 29, para retornar al Callao el feriado. Todos los competidores deben tener sus embarcaciones en la bahía de Paracas el viernes y les espera un día entero de navegación. Hoy y mañana son días laborables y a la mayoría de nuestros compañeros de tripulación se nos ha hecho imposible acompañar a Tato, capitán del Counterpoint, para transladar el velero. Claudia decide acompañarlo y me ha dejado su camioneta para que yo la maneje hasta Paracas el viernes después de salir de mi trabajo y el martes regresar por tierra.

A la una de la tarde zarparon y entre los dos deberán turnarse el timón durante cerca de 20 horas contínuas de navegación. A las 6 de la tarde timbra mi celular. Es Claudia desde el velero. Están a mas de 10 millas al oeste de Pucusana y se siente muy mal. Ha vomitado tanto que siente síntomas de deshidratación y las manos se le empiezan a acalambrar. Mientras Tato cambia el rumbo y se acerca a Pucusana me pide por teléfono que les de el alcance para sustituir a Claudia. Mientras tanto yo estoy terminando mi trabajo del jueves y coordinando el traslado de citas y asuntos pendientes hasta el próximo miércoles. Luego debo preparar mi ropa de navegar, llevar algo de comida y bebida y recoger al hermano de Claudia para que la traiga de regreso a Lima pues ella no cree estar en condiciones de manejar sola desde Pucusana hasta Lima.

Son 8 y 30 pm cuando encontramos a Tato y Claudia esperándonos en un restaurant cercano a la plaza de Pucusana. Ella se siente mejor desde que pisó tierra firme. El saludo y despedida son muy rápidos. Llevamos 2 horas de retraso y no podemos tardar mas pues llegar en la tarde ó en la noche a Paracas con fuerte viento en contra es muy complicado. A las 9 en punto Tato y yo ya estamos navegando y apenas nos alejamos un poco de la tranquila bahía de Pucusana, empieza el bamboleo. El mar está un poco movido y la noche muy oscura. Nos alejamos un poco de la costa para librarnos de pequeñas embarcaciones pesqueras y sus redes antes de retomar el rumbo hacia el sur. Apenas fijamos el rumbo hacia paracas se nos abrió el apetito y dimos cuenta de una deliciosa palta mientras nos deslizamos sobre las olas a seis nudos de velocidad.

Estamos entretenidos durante la noche identificando cada uno de los balnearios a lo largo de la costa, por sus luces, cerros é islas. A la altura de Bujama y Asia el oleaje se hace mas acentuado é irregular y el velero se encabrita un poco. A pesar de que tomé una pastilla para prevenir el mareo, la noche tan oscura y el mar movido me hicieron perder el sentido del horizonte y no pude librarme de las náuseas, pero cerca del amanecer ya estaba totalmente repuesto y antes del mediodía del viernes, con viento moderado anclamos en la hermosa bahía de Paracas que ya se encuentra adornada con la presencia de varios veleros que esperan el inicio de la competencia.

Desde el Gitano, su hermoso velero clásico, Oscar Velarde nos pasa la voz. Está almorzando acompañado por mi primo Jaime Monge y nos dice:
-¡Estoy sirviendo una lasagna de berenjena recién salida del horno! ¡Envío una lancha a recogerlos!
...¡Y con el hambre que tenemos! Imposible negarse. Subimos de un brinco a la pequeña lancha Zodiac y al momento estábamos disfrutando de la deliciosa lasagna y una copa de buen vino en la cubierta del Gitano. La camaradería y los buenos amigos son un ingrediente muy importante en estas competencias.

La mamá de Claudia, Maki y su esposo Javier, viven todo el año en Paracas y han acogido generosamente a la tripulación del Counterpoint en su casa. Alrededor de la piscina tiene tres bungalows, y cada uno tiene 2 camas camarotes y un baño. Junto al portón de entrada, a un lado de los bungalows, hay una sala de estar con mesa de juego, bar, radio y baño privado que me servirá de suite. Lo que parece una deferencia especial hacia mí, en realidad es la única forma de evitar que moleste con mis ronquidos al resto de la tripulación.

Para no abusar de la hospitalidad de nuestros anfitriones, entre todos hemos comprado víveres y para la primera noche, viernes, pusimos en la parrilla un buen corte de bife angosto, chorizos, pechugas y alitas de pollo. Soy el parrillero del Counterpoint y ante la ausencia de Charlie Bravo, lo estoy reemplazando como barman. ¡¡Cómo te extrañamos Charlie!! Un buen vino y una agradable tertulia ¡y a dormir temprano!. Mañana nos espera la primera regata, una travesía por las Islas Chincha y las Islas Ballestas con doce veleros en competencia. El viento promete soplar con fuerza.

Es mediodía del sábado y la bahía se ve espectacular con tantas velas desplegadas. El viento del sur ha llenado la bahía. Se espera que aumente su fuerza por la tarde... y partimos rumbo a las Islas Chincha. Los veleros Huracán, Lakemanda, Papyrus, Sestri y Counterpoint tomamos la delantera seguidos por Gitano, Melissa, Pahuac, Sonnnenuhr, Ccolla, Albatros y Tramonto.

El viento seguía aumentando a mas de 20 nudos. Detrás de las Islas Chincha algunas ráfagas superan los 30 nudos y nos escoran la nave hasta el límite, obligándonos a soltar las velas. El oleaje aumentó mojando la cubierta y también a los tripulantes. Una fuerte ráfaga nos inclinó tanto que el timón salió del agua y el velero se entornilló contra el viento haciendo un viraje inesperado; un broach violento que nos obligó a reaccionar con rapidez soltando velas para recuperar estabilidad, virar 360° y recuperar el rumbo. En proa, Luis y Carlos recibían primero el viento y las olas, Jaime estaba feliz con tanta adrenalina, Maki, que competía con nosotros por primera vez, disfrutaba la aventura creyendo que la situación era normal, mientras Ana María, que no se reponía del susto por la dificultad de cambiar de posición en los virajes, empezó a pensar en sus hijos que la esperaban bañándose en la piscina sin sospechar lo que pasaba fuera de la bahía. En ese momento una segunda ráfaga nos vuelve a entornillar. Un resbalón en la cubierta mojada, inclinada a 50 grados, impidió que Ana María cambiara de borda a tiempo en el repentino viraje pero logró subir a duras penas con ayuda. Empapada, mareada, asustada y sollozando, continuó la travesía recibiendo nuestro aliento y el de su esposo Coqui.

Mientras tanto el Huracán y el Sestri iban quedando rezagados sin poder mantener nuestro rumbo. Huracán rompió la doble guía de genoa quedándose sin poder maniobrar ni cambiar las velas de proa. Sestri rompió las dos genoas chicas y con vientos tan fuertes fue imposible utilizar una grande. Tramonto rompió el cable del timón. Los tres tuvieron que abandonar.

En el Counterpoint nuestra genoa se empezó a desgarrar pero la enrollamos hasta la mitad, soltamos íntegramente el carro de la escota de la vela mayor y así la nave se hizo mas gobernable. Al llegar a las Islas Ballestas, solo Lakemanda y Papyrus seguían delante nuestro y el viento seguía amenazando con romper nuestra genoa. La enrollamos algo mas hasta dejarla pequeñita y seguimos navegando con velocidad de regreso a la bahía.

A pocos metros de la llegada, todos hacíamos contrapeso en una banda cuando una fuerte y sorpresiva ráfaga nos inclinó hasta el límite. Coqui soltó la genoa y no le dio tiempo a soltar la vela mayor. Yo me estaba deslizando hacia abajo tratando de alcanzar la escota casi en el agua cuando otro tripulante resbaló y me cayó en la espalda empujándome contra la baranda. Tato me sujetó de la casaca con una mano impidiendo que yo caiga al mar, mientras timoneaba con la otra mano tratando de impedir otra entornillada. Así, casi en el agua y sujetado por la espalda, pude soltar la vela mayor, el velero recuperó su estabilidad y llegamos. Tras Lakemanda y Papyrus, llegamos mojados pero emocionados por haber podido culminar la primera competencia a pesar de las condiciones tan difíciles. Llegó también Gitano con excelente tiempo y tras él, llegaron muy apretados, Pahuac, Sonnenuhr, Melissa, Albatros y Ccolla demostrando su buena preparación.

El domingo 28 el viento fuerte del sur se definió desde la mañana. Claudia se reincorporó a nuestra tripulación. Partimos en un recorrido dentro de la bahía, de 5 piernas entre la boya de barlovento y la boya de sotavento. El viento se mantuvo entre 20 y 25 nudos. Partimos muy bien ubicados y tras una buena primera pierna, cerca de la primera boya de barlovento, fuimos desventados por otro velero y tuvimos que hacer un viraje adicional para superar la boya. La potencia del viento hacía flamear la genoa tan fuerte que se enganchó en la cruceta y se rasgó. La relinga de la vela quedó atracada en las crucetas impidiendo que la bajemos para cambiarla y nos obligó a abandonar la regata. El velero Sestri rompió el cable del timón y corrió la misma suerte que nosotros. Los demás llegaron con gran esfuerzo.

Llegamos a casa inesperadamente temprano por causa de la avería así que mientras prendía el carbón de la parrilla y ante la ausencia de nuestro barman titular Charlie Bravo, me dediqué a preparar un Pisco Sour con una receta que mi hijo Fernando me estaba dictando por teléfono. Quedó muy rico así que los que no tienen su propia receta tomen nota: Licuar 3 medidas de pisco, 2 medidas de jarabe de goma, 1 medida de jugo de limón, 1 medida de clara de huevo y bastante hielo . En cada copa agregar 2 gotas de amargo de angostura. ¡¡¡ SALUD ¡!!

Esa misma noche en el Yatch Club de Paracas, la Asociación de Veleros Oceánicos ofreció un cocktail y una parrillada antes de la premiación de la travesía a las islas y como adivina, Ana Teresa de Balbuena del comité organizador me preguntó delante de mis compañeros: Roberto ¿sabes preparar Pisco Sour? Carlos Durand que ya había probado el que preparé en el almuerzo me animaba a aceptar, ofreciéndome su ayuda para exprimir los limones, pero al llegar al bar nos esperaban junto a la licuadora, varias damajuanas de pisco, el limón ya exprimido, una jarra repleta de claras de huevo, el jarabe de goma, el amargo de angostura y el hielo. Nuestra receta fue un éxito y pasamos varias ruedas de Pisco Sour hasta que se agotó.

Lunes 29. Antes de la última regata barlovento-sotavento en la bahía, se ha programado una competencia de remo auspiciada por UNIKAYAK. El ganador se lleva el kayak. Cada velero puede presentar a su remero. Jaime Bryce es el remero del Counterpoint. Hay que partir de la orilla, llegar hasta un velero anclado frente al muelle del club, bordearlo y regresar a playa. Jaime, con gran ritmo de palada, gana la competencia de punta a punta y se llevó su kayak. La tripulación del Counterpoint se está luciendo con el remo y con la vela, en el mar, en la parrilla y en el bar.
Se acerca la hora de la partida y hay menos viento que ayer pero con 10 a 12 nudos la regata empieza interesante. A media regata el viento se puso a la cuadra y algunos veleros izaron su spinaker. Cautelosamente nos mantuvimos solo con la genoa pues el viento empezó a levantar a 15 nudos y luego a 20 con algunas ráfagas aún mas fuertes. La competencia fue emocionante de principio a fin y hemos vivido en Paracas la gran aventura de la vela.

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