viernes, 10 de septiembre de 2010

Un momento para los niños. 29 de Noviembre 2009













                                                                                                                                                                                      Un momento para los niños (Valle Amauta y Tablada de Lurín )


                                                           Roberto Monge Rivero
                                                         29 de Noviembre del 2009
 
Teníamos todo preparado para viajar a Andahuaylas en Octubre. La población del distrito de San Jerónimo nos estaba esperando como todos los años para la atención médica. Los Odontólogos con sus equipos, la Otorrinolaringóloga, los Oftalmólogos y yo con mi óptica portátil estábamos listos para apoyar a nuestra amiga andahuaylina Leonarda cuya asociación benéfica “Sueños” había conseguido ayuda desde Italia para los pasajes aéreos y para materiales odontológicos y medicinas. De pronto nos dieron una pésima noticia: Leonarda –la principal promotora de las jornadas médicas en Andahuaylas- ha sufrido un serio accidente y tiene fractura de cadera y fémur.

Esta vez la que necesita ayuda es Leonarda y en medio de la tensión por su accidente, nadie atinó a continuar las coordinaciones para la jornada médica y fue suspendida.
Mientras Leonarda se recuperaba lentamente, yo atendía a mi clientela habitual en la Óptica GAFAS y entre ellos, a una señorita estudiante de Psicología que hace sus prácticas profesionales en un centro de ayuda social y psicológica para niños en zonas muy pobres y deprimidas. Ella me habló de su trabajo y me pidió apoyo en Óptica y Oftalmología para niños de 4 a 7 años en una quebrada de Vitarte llamada Valle Amauta. Grande fue su sorpresa cuando le dije que debido a la suspensión de la jornada en Andahuaylas, algunos médicos aceptaron ayudarme y que podíamos atender en las especialidades de Oftalmología, Odontología, Pediatría y Medicina General.

La atención médica se llevó a cabo en las aulas de un colegio estatal del asentamiento humano y pasaron sus controles aproximadamente 200 niños y niñas que inician su edad escolar. El Dr. Dacio Maldonado, Médico General detectó y trató parasitosis y anemias, además de afecciones bronco-pulmonares y digestivas. El Dr. Leo García, Odontólogo y sus colaboradores hicieron los odontogramas y curaciones y la Dra. Bety Yañez, Oftalmóloga del Hospital Dos de Mayo, examinó los ojos de cada niño y los casos serios fueron derivados para su atención gratuita en el Hospital. Las recetas de los lentes me fueron entregadas para su preparación y montaje. Yo tenía algunas monturas donadas para niños y el Centro de Ayuda Social que me convocó, aportó el costo de las lunas de medida de tal manera que ningún niño con problemas ópticos se quedó sin su anteojo.

Pero como estas atenciones se logran con la ayuda solidaria de varios médicos, cuando cualquiera de ellos es nuevamente convocado para ayudar, recurre a los otros a quienes apoyó anteriormente generándose una cadena de ayuda social cuyos eslabones nunca terminan de agregarse. De este modo, cuando el Doctor Maldonado fue visitado por un amigo fraile franciscano que apoya a una comunidad y un colegio humilde de la Tablada de Lurín, sin pensarlo dos veces acudimos en su ayuda para atender todo un domingo.

A diferencia de la población de Valle Amauta en Vitarte que es un asentamiento humano mas reciente y con mucha gente desempleada, en la Tablada de Lurín, la gente es pobre pero no en extremo. La población es inmensa y está más organizada. Tiene varias calles y avenidas asfaltadas, parroquias, tiendas comerciales y algunos consultorios médicos. El porcentaje de desocupados es mucho menor.
Nuevamente las aulas de un colegio se convirtieron en consultorios. Al iniciar la jornada médica la gente de todas las edades acudió a sus controles. La afluencia inicial fue moderada. Parece que la gente aquí es más cautelosa, pero a medida que los pacientes salían, se corría cada vez más la voz de que la atención era buena y pasado el mediodía la demanda desbordó la capacidad de atención y comunicamos que el próximo domingo haríamos una segunda jornada aunque no estaba prevista. En la Tablada de Lurín, la gente con empleo está dispuesta a pagar por una consulta especializada y al ver las enormes colas, pidieron tarjetas para acudir a los consultorios particulares.

El segundo domingo la gente estaba esperando la atención desde temprano y nuestra capacidad de atención fue nuevamente superada. Esta vez decidimos repartir tickets para que los que quedaron sin atención, lo hicieran en una en una tercera y última jornada dominical. Un domingo más lejos de la familia podría ser causal de divorcio pero es tanta la gente que requiere atención médica ó consejos para mantener la buena salud que lo que empezó con la intención de dedicar un momento para los niños amenazaba con extenderse eternamente. Es evidente que se requiere inversión estatal en salud, para tener un servicio sostenido en atención médica en las zonas de extrema pobreza.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Pueblo Nuevo de Ica. Entre los rezagos del sismo y el desarrollo
















Pueblo Nuevo de Ica. Entre los rezagos del sismo y el desarrollo
RobertoMongeRivero 6 de Setiembre del 2010
Muchos pequeños pueblos y caseríos de Ica están lentamente superando el violento retroceso causado por el terremoto de Agosto del 2007. Aún se notan sus estragos, en un departamento que se acerca al pleno empleo, gracias al crecimiento de su agroindustria, sus textiles y pesqueras y es notorio el contraste entre nuevas construcciones de material noble junto a viviendas destruidas.
El distrito iqueño de Pueblo Nuevo que visitamos este fin de semana, ha conectado mediante una pista asfaltada a todos sus caseríos con la Panamericana Sur. Ahora el transporte público y de carga llega desde Ica en pocos minutos, sin maltratar los vehículos. Se nota la inversión del gobierno local pero falta mucho por hacer en vivienda, educación y salud.
Una de las nuevas construcciones ubicada frente a una hermosa plazuela recientemente inaugurada en el caserío Pongo Chico del distrito iqueño de Pueblo Nuevo, es su Centro de Salud. Es un local amplio con buena iluminación natural y excelente ventilación, pero que aún carece de muchos equipos médicos y para paliar la carencia mientras se consiguen los equipos, un antiguo vecino del distrito que ahora vive en Lima, conectó a su alcalde con un médico amigo que es el actual Presidente del Club de Leones de Santa Beatriz.
En corto tiempo acordaron que el Club de Leones convocaría a un grupo de amigos y colaboradores médicos de diversas especialidades para atender gratuitamente a los pobladores del distrito y la Municipalidad de Pueblo Nuevo se encargaría del transporte, alojamiento y alimentación durante el fin de semana.
El viernes 3 de Setiembre a las 11:30 de la noche partió el bus rumbo a Ica y entre sus pasajeros viajamos especialistas en Medicina General, Pediatría, Otorrinolaringología, Odontología, Neurología, Oftalmología y Óptica oftálmica. Cinco horas después, el transporte contratado por el Alcalde de Pueblo Nuevo nos recogió del terminal de buses en Ica y nos llevó a un hostal para descansar dos horas y luego de un buen desayuno iniciamos la atención hasta las 6 de la tarde, con una breve interrupción para almorzar. Nos preguntaron si habíamos sentido un temblor a las 6 de la mañana. Nadie en el grupo lo sintió. Nuestro sueño fue a prueba de ruido y temblores.
La asistencia de pacientes fue masiva y todos terminamos agotados pues la noche anterior pudimos descansar muy poco en el bus y solo dos horas en el hostal. Nos invitaron a comer un gran plato de chicharrón de pollo con papas fritas y nos fuimos al hostal dispuestos a tomar una buena ducha y dormir. ¿Dormir? No será fácil. Hay fiesta en la terraza junto a la piscina y el pequeño bar no se da abasto para atender a los jóvenes en plena “fiebre de sábado por la noche”. El hostal tiene terma solar y bastante agua caliente. Después del baño, a pesar del gran volumen de la música, me quedé dormido.
Desperté con los gritos de una jovencita que trataba de impedir una pelea entre dos galanes posiblemente ebrios. Aún no amanecía. El reloj marcaba las 4:45 de la madrugada y la música seguía. Terminó la bronca y dormí nuevamente hasta las 7 en que el coordinador nos despertó para desayunar. El equipo de música seguía sonando y aún algunos jóvenes conversaban y bebían en el bar.Llegamos a Pongo Chico a las 8 de la mañana a continuar la atención y el Centro de Salud reventaba de gente. Tuvimos que ordenar las colas por especialidades y atender sin parar hasta las dos de la tarde. En el almuerzo de despedida, un emocionado promotor y un agradecido alcalde nos felicitaron por el buen desempeño en la atención de cientos de pobladores y regresamos a Lima, cansados pero contentos, con una botella de buen Pisco Puro de Ica y un kilo de enormes pecanas.

martes, 31 de agosto de 2010

MAYORMENTE DESCONOZCO Parte II. 40 días de Fiebres de Origen Desconocido




MAYORMENTE DESCONOZCO Parte II40 Días de Fiebres de Orígen Desconocido
Roberto Monge Rivero
29 de Mayo del 2010


Desde el viernes 19 de Febrero por la tarde me empezaron a afectar fiebres altas y continuas. Lo que inicialmente parecía un resfrío ó una gripe quedó descartado por los exámenes de laboratorio que indicaban una fuerte infección bacteriana de origen y foco desconocido pues una semana después, en el examen clínico, los médicos no pudieron encontrarlo.


El sábado 27 de Febrero me interné en una clínica para efectuar exámenes radiológicos, colonoscopía, ecografía de tórax y abdomen pero no encontraron el foco infeccioso.
Para evitar una septicemia empezaron a tratarme con fuertes antibióticos de amplio expectro por vía endovenosa y la fiebre empezó a ceder el miércoles 3 de Marzo, casi dos semanas después de su inicio pero sigo sin diagnóstico. Al tercer día sin fiebre me enviaron a casa con medicación oral y la mejoría continuó.


Cuando todo parecía controlado, empezaron nuevamente las fiebres el 19 de Marzo.
Cambié de médico y de clínica. Ordenó nuevos análisis y cultivos, y mientras esperábamos en casa los resultados, un fuerte dolor en la parte inferior de mi pulmón derecho dio el aviso del origen de las fiebres. La pleura se había inflamado señalando la zona donde concentrar la búsqueda. Mi apetito desapareció y mi cuerpo continuaba debilitándose. Me costaba mucho trabajo estar de pié y mantener los ojos abiertos.


El 24 de marzo los nuevos antibióticos y la cortisona aún no hacían el efecto deseado. Estoy en casa, en cama, con antibióticos a la vena. Un técnico especialista viene diariamente a administrar las dosis. Mis alimentos se han reducido a gelatina y compotas de fruta. Todo lo demás me da náuseas. Seguimos a las espera de los resultados de los exámenes.


Uno de los exámenes descartó cáncer hepático. Hasta que al fin, una de las tomografías detectó una anormalidad en el lóbulo superior derecho del hígado y se confirmó la presencia de un abceso causado por bacterias aún desconocidas y que aunque nunca causó dolor en el hígado, si lo causó al comprometer a la pleura del pulmón derecho.


El 30 de Marzo me hospitalizaron é intentaron drenar el abceso pero su excesiva densidad y su gran tamaño no lo permitió.
El día 1° de Abril –Jueves Santo- el cirujano intentó inicialmente extraer el abceso mediante laparoscopía lo que hubiera resultado menos traumático, pero al comprobar la condición purulenta y hemorrágica del hígado, decidió retirar el instrumento y realizar una cirugía abierta.


El abceso tenía mas de 14 cm. y la cavidad resultante de su extracción era tan grande que el hígado no cesaba de sangrar. El cirujano se vió obligado a rellenar la cavidad con gasas estériles, cerrar temporalmente el corte para favorecer la coagulación, aplicarme una transfusión de sangre.
El Domingo de Resurrección, tras comprobar la coagulación, efectuó la segunda cirugía. Abrió por el mismo lugar para retirar las gasas. De todo esto me enteré durante mi recuperación, pues yo no tenía la menor idea de las fechas.
Debido a la envergadura del abceso retirado y a la gran longitud del corte abdominal -25 cm. siguiendo la línea inferior de mis costillas del lado derecho- estuve durante 10 días en cuidados intermedios. Los dos primeros días sedado, entubado y con las manos amarradas; con antibióticos y alimentación endovenosa. La atención de las enfermeras y auxiliares fueron extraordinarias. Marinés venía todas las mañanas y se iba en la noche. Mi hijo Roberto llegaba todos los días después del trabajo. Mi hija Mariana quien vive en Chile, vino dos fines de semana y mi hijo Fernando quien vive en Ecuador vino cuatro días.


Recibía las visitas de una en una pero en ocasiones tenía tantas que la sala de espera estaba repleta. Cuando abrían la puerta yo podía ver desde mi cama a muchos familiares y amigos saludándome, alentándome y deseándome pronta recuperación. Fue muy reconfortante y halagador ver y sentir tantos buenos deseos así como saber cuántos parientes y amigos se presentaron dispuestos a donar sangre y cubrir de inmediato la cantidad requerida.
Durante estos diez días, el médico esperaba una evolución positiva del hígado, para poder iniciar el tratamiento del pulmón derecho que había sido afectado desde el momento en que el abceso causó la inflamación de la pleura. Para el médico era una incógnita verificar que teniendo uno de mis pulmones repleto de líquido y con la pleura inflamada, mi nivel de oxigenación se mantuviera en 95% y me preguntó si practicaba algún deporte. Parece que el fulbito, el frontón el bádminton y la navegación a vela fortalecieron mis pulmones a tal punto de tener la capacidad de oxigenar razonablemente el organismo con uno solo que automáticamente modificó mi frecuencia respiratoria haciéndose menos profunda pero más frecuente de modo que el pulmón sano evitó que el otro sufriera molestias manteniendo sorprendentemente la oxigenación. Con la ayuda de ejercicios respiratorios dirigidos por un especialista pude mantener el pulmón funcionando hasta que mi estado de salud permitiera hacerle un drenaje.
Al 4° día en cuidados intermedios intenté pararme y caminar con la ayuda de una enfermera. Ya tenía casi 15 días postrado y con alimentación exclusivamente a la vena. Al apoyar los pies en el suelo, sentí como la sangre se movía bruscamente produciéndome un cosquilleo intenso en la planta de los pies. Logré mantenerme de pié pero no pude dar ni un solo paso. Sentía que mis pies pesaban una tonelada y mis debilitados músculos fueron incapaces de moverlos. Seguí intentándolo día a día pero recién al 8° día pude caminar solo –bajo supervisión- dentro de la sala. Los escasos 10 metros de ida y 10 de vuelta me agotaron como si hubiera corrido una maratón.
Al 10° día me pasaron a una habitación pero continuó mi régimen restringido de visitas pues debieron ponerme tres drenes y mantener la alimentación y medicaciones por vía endovenosa. El tubo de mayor calibre se insertó en el pulmón derecho y en el primer drenaje eliminó 3 litros de líquido y continuó drenando pequeñas cantidades durante varios días más. Los otros dos drenes, destinados a eliminar pequeñas colecciones de líquidos residuales a la cirugía y que habían quedado atrapadas en zonas de difícil acceso entre el hígado, la pleura y el diafragma, fueron colocados con ayuda radiológica y tomográfica, para evitar dañar zonas sensibles en el pulmón.
Todos estos procedimientos de colocar y retirar drenes , además de producirme calenturas y fiebres, me limitaban la movilidad, retardando la rehabilitación muscular.
Cuando los drenes y medicamentos completaron su función, mi alimentación oral mejoró y la fiebre desapareció, me dieron de alta después de unos casi eternos 30 días de hospitalización.
Ahora he recuperado algo de peso, mi hemoglobina está en buen nivel y me he podido reintegrar gradualmente a mi trabajo. Estoy sano pero cuando me preguntan ¿Cómo llegaron las bacterias a tu hígado? , solo puedo responder MAYORMENTE DESCONOZCO.

MAYORMENTE DESCONOZCO Parte I

MAYORMENTE DESCONOZCO. Parte I
Roberto Monge Rivero
10 de Marzo del 2010

Estoy efectuando el exámen preventivo anual de la visión de los empleados de Luz del Sur en un amplio auditorio de su local de Chacarilla que comparto con los médicos de otra institución que efectúan exámenes clínicos y que ocupan la mitad posterior del auditorio. Es viernes 19 de Febrero y afuera, el calor es insoportable. El potente aire acondicionado cercano al ingreso y a la zona que ocupo, está al máximo para que pueda llegar a los médicos y pacientes de la zona posterior, pero a mí me da en la espalda y siento que me enfría demasiado. La atención es bastante fluída y no me permite cambiar de ubicación a los equipos. El lunes debo continuar en este mismo local pero antes de iniciar me reubicaré fuera del alcance del frío chiflón. En los momentos en que disminuye el flujo de la atención, aprovecho de salir al lobby y normalizar mi temperatura.
Los viernes los empleados de esta empresa no trabajan por la tarde y en vez de un menú de cafetería, almorzaré en casa y tendré tiempo de hacer una pequeña siesta antes de irme a la óptica. Desperté de la siesta con el cuerpo cortado. Es posible que el enfriamiento por el aire acondicionado me esté produciendo un resfrío pues estoy con fiebre. Apenas pasó de 38° tomé dos pastillas de Paracetamol y me bajó de inmediato pero a las 9 de la noche me volvió a subir y esta vez hasta 39.5° y acompañada de un dolor en la articulación de mi hombro izquierdo. Sigo pensando que la causa es el aire acondicionado que además me ha producido una bursitis. Una nueva dosis de paracetamol me calmó la fiebre y el dolor pero reaparecieron con fuerza a las 2 de la madrugada.
Si se trata de un virus, espero que el fin de semana los síntomas disminuyan pues los días lunes y martes tendré mucho trabajo.
Me pasé todo el fin de semana tomando los antipiréticos, transpirando, duchándome, cambiando ropa, sábanas y almohadas. La fiebre no cede y el dolor del hombro tampoco ni con ungüento antiinflamatorio. Sin contar el hombro, no aparece ningún síntoma respiratorio, digestivo ni urinario. Solo fiebre cada 5 horas.
Premunido de suficientes pastillas de antipirético y bastante líquido para compensar la deshidratación por la sudoración excesiva al bajar la fiebre, atendí en la óptica a mis clientes el sábado y el lunes. El martes completé mi trabajo en Luz del Sur pero el cuadro sigue idéntico. El estómago funciona perfectamente y en mi garganta no aparece ni siquiera una garraspera. Me acaban de comunicar que los exámenes preventivos del miércoles 24 y del jueves 25 han sido postergados. Esto me viene muy bien. Me impedirá el stress de trabajar afiebrado con tanta gente y no creo que un virus dure más de una semana. Solo me quedará un día de trabajo intenso el viernes.
La fiebre no quiere desaparecer. Es jueves 25 de Febrero y ya tengo siete días contínuos de fiebre y sin ningún otro síntoma. Marinés llamó al médico del seguro. Esa misma tarde me revisó y confirmó que los esperados síntomas urinarios, gastrointestinales ó respiratorios brillaban por su ausencia. No parece una gripe viral. ¿Diagnóstico? La respuesta fue muy parecida a la generalmente utilizada por algunos vigilantes desinformados ó algunos policías con órdenes precisas de no informar al periodismo sobre algún suceso ó persona investigada: “MAYORMENTE DESCONOZCO”, respuesta que les suena más importante que un simple NO SÉ. Sin embargo el médico agregó “pero además de la fiebre alta, usted está con hipertensión arterial, arritmia cardíaca y taquicardia. Si no quiere arriesgarse a sufrir un síncope le recomiendo que se interne en una clínica y que de inmediato empiecen a hacerle los exámenes y análisis necesarios para dar con la causa y ordenar el tratamiento para estabilizarlo.”

Ahora a buscar quien me sustituya en los exámenes visuales que mañana debo hacer a los empleados de PHILLIPS . Es un poco tarde para ubicar a alguien que esté disponible para mañana viernes desde las 8 am. hasta las 3 pm. No me queda más opción que hacer mi trabajo rápido, terminar lo antes posible é irme a la clínica. Después del fiebrón de la madrugada del viernes y un par de cambios de pijama por la transpiración, amanecí sin fiebre, me duché, me vestí y le pedí a Marinés que me dejara en las oficinas de Phillips que felizmente están cerca en la torre de oficinas del Hotel Marriott frente a Larcomar. Dejé listo mi maletín con mi ropa y efectos personales y yo la llamaría al terminar mi trabajo para irnos directo a la clínica.
A pocas cuadras del Marriott empecé a temblar y castañetear los dientes. La fiebre subía rápidamente. Paramos en una bodega a comprar una botella de agua y tomé dos paracetamoles más que hicieron un rápido efecto, cesaron los escalofríos y subí a trabajar. No aparece ningún otro síntoma inflamatorio ó doloroso. Atendí sin parar a más de 30 personas y durante el receso para almorzar…¡otra vez la fiebre! Ya son ocho días consecutivos y no cede. Cualquier virus conocido ya hubiera terminado su ciclo y alguna bacteria ya se habría dado a conocer con algún síntoma adicional a la fiebre.
Terminé temprano, Marinés me recogió y fuimos directamente a la clínica. El médico me examinó pero no encontró nada inflamado. Solo pudo observar una fotofobia. Cada día que pasa la luz me molesta más y trato de mantener los ojos cerrados. Ordenó exámenes de orina, de sangre y cultivos. Esa misma noche me dijo que los leucocitos cuyo nivel normal son 5000, estaban cerca de 25000, que la infección es seria y que al día siguiente me tomarían otra muestra. En la mañana del sábado los leucocitos seguían subiendo y bordeaban los 27000 y empezaron con el escaneo. Ganglios normales, tórax normal, pulmones sanos, corazón normal salvo una leve arritmia que ya tenía antes de la fiebre; abdomen normal, hígado, riñones, páncreas normales, salvo una hipertrofia benigna de próstata también pre-existente a la fiebre.
Subió a mi habitación otro médico, esta vez un gastroenterólogo. Nuevamente el examen clínico salió normal pero me hizo una colonoscopía al mediodía. Tengo algunos divertículos en el colon pero ninguno está inflamado. Siguen sin encontrar el origen de la fiebre pero el microorganismo causante me está provocando una septicemia. No queda más remedio que iniciar un tratamiento vía endovenosa con fuertes antibióticos de amplio espectro. Me colocaron suero y una vía por donde aplicar los medicamentos pero mis venas no soportan más de un día la pequeña cánula y ante la flebitis que me genera, las enfermeras se ven obligadas a cambiar de brazo y de lugar para colocar una nueva vía cada segundo día. Mis antebrazos están hinchados y llenos de moretones como si fuera un drogadicto y cada vez que me sacan los esparadrapos que sujetan la vía, me arrancan dolorosamente los vellos del brazo. No sé como las mujeres se depilan voluntariamente.
Aún con la fuerte dosis de antibióticos a la vena, la fiebre continúa y la fotofobia se hace más intensa. La televisión se concentraba en el terremoto en Chile donde vive mi hija Mariana y cuyo departamento en el piso 25 de un edificio antisísmico no sufrió daños. Yo solo podía escuchar sin soportar mirar la luz de la pantalla. Estoy tomando suero de rehidratación oral para compensar el agua perdida por la excesiva transpiración y estoy perdiendo cada vez más el apetito. Sé que es martes 2 de Marzo porque Marinés me lleva la cuenta. Son cuatro días más hospitalizado y con antibióticos; la fiebre, tras doce días consecutivos, no cede y la causa no aparece en los análisis. A pesar de mis contínuos baños y cambios de ropa, la transpiración por la fiebre y el calor del verano me han producido sarpullido en la espalda.
Hasta que por fin el miércoles 3 de marzo amanecí sin fiebre y sin haber recibido antipiréticos, pero sigo en observación y sin diagnóstico. He perdido cinco kilos de peso y no me he afeitado en dos semanas. El viernes por la tarde el médico me anunció: “Mañana te doy de alta restringida porque no tenemos ni idea del origen de tu enfermedad, pero como ya tienes tres días sin fiebre alta y te sientes mejor, ya abres los ojos y mejoró tu apetito, es más seguro que continúes tu recuperación en casa y con antibióticos vía oral, pero antes de ir a casa, pasa por el NAMRID en el Hospital Naval. Es un instituto de investigación de enfermedades tropicales que funciona por un convenio entre la Marina norteamericana y la peruana. Te esperan el sábado a mediodía para tomarte nuevas muestras de sangre y esperemos que encuentren la causa de la fiebre.”Hoy es miércoles 10 de Marzo y ya tengo una semana sin fiebre pero sigo esperando algún resultado.
Mis amigos y familiares se aventuran a creer unos en Dengue, otros en Malaria, otros en la Influenza Porcina y como el cuadro clínico no coincide con ninguno de ellos, cuando me preguntan ¿Qué tuviste? Solo puedo contestar como un desinformado huachimán: “MAYORMENTE DESCONOZCO”.

sábado, 31 de julio de 2010

CORONGO, llega el desarrollo












EL DESARROLLO ESTA LLEGANDO A CORONGO
Roberto Monge Rivero 26 de Enero del 2010

Los días viernes sale de su local en el centro Comercial Fiori en la Panamericana Norte el bus de Lima a Corongo. Su horario habitual de partida es a las 2 pm. a más tardar para pasar temprano el tramo desde Chimbote al Puente Huarochirí cerca a Huallanca, zona conocida por los asaltos a los vehículos. Hay mucha demanda de pasajes y la empresa “Amanecer Pampino” ha dispuesto la salida de un segundo bus y decidimos tomarlo para que nuestros equipos é instrumentos viajen más holgados. Este cambio de bus nos dió tiempo de almorzar en el restaurant vecino un rico chilcano de pescado y un buen arroz con pato, tan bueno que no causó ningún estrago durante el largo viaje.
Pero un evento nos tomó por sorpresa. Apenas partimos, en la Panamericana Norte en el Distrito de Los Olivos, una camioneta policial detuvo al bus con una orden judicial que ordenaba el embargo por deuda. Las negociaciones del chofer no daban resultado y tampoco de los dueños de la empresa de transporte. El bus debía ser remolcado hasta la delegación policial de Pro. Nos aseguraron que pronto llegaría otro bus idéntico para el trasbordo pero dieron las 7 pm. Y no llegaba. Los ánimos se empezaron a caldear. La demandante y la policía perdieron la paciencia é intentaron remolcar el bus con pasajeros y carga. Los transportistas, choferes y auxiliaron se opusieron desenganchando la grúa y … se armó la gresca. Un médico intentó calmarlos y sus lentes volaron por los aires. Estábamos a punto de abandonar el bus y regresar a nuestras casas, cuando llegó el bus de reemplazo y con él, algo de tranquilidad. Se efectuó el trasbordo de pasajeros y carga y reanudamos el viaje.
Llegamos a Chimbote en la madrugada a la hora más peligrosa por la presencia de asaltantes de caminos. Recién iniciábamos la subida hacia la Cordillera Blanca cuando un bus que retornaba nos avisó que no siguiéramos porque están asaltando. Paramos en la Delegación Policial del Santa y nos concedieron escolta policial. La camioneta de la policía se detuvo varios kilómetros más adelante para retirar piedras y troncos de la carretera utilizados por los asaltantes y continuó escoltándonos hasta una zona segura. Ya casi al amanecer, cuando empezamos la subida más empinada de la Cordillera Blanca, la policía regresó a su base. A los asaltantes no les gusta el frío ni el soroche y se quedan en carreteras amplias y con cruces por donde escapar y desde el puente Huarochirí hasta el distrito de La Pampa en Corongo, el camino es endemoniadamente peligroso, con curvas muy cerradas de una sola vía, cuestas empinadas y clima de puna.

Varias sorpresas nos esperaban en esta nueva visita a Corongo. Esta vez no nos alojamos en el pequeño hostal “Que Rico Descanso” en plena Plaza de Armas sino en el moderno Albergue Municipal con todas sus habitaciones con baño y agua caliente, pero la sorpresa mayor fue encontrar en el lugar de la antigua Posta Médica, a un moderno Centro Médico financiado por un fondo especial de la Compañía Minera Antamina y que tuvimos el gusto de inaugurar atendiendo a muchos pobladores de los diferentes distritos de la Provincia de Corongo, en ambientes apropiados, limpios, iluminados y ventilados.
Esta vez, seis Odontólogos pudieron efectuar todo tipo de curaciones, reduciendo las extracciones al mínimo indispensable y con el apoyo de sus técnicos dentales fabricaron prótesis (dentaduras postizas), devolviendo la sonrisas y la capacidad de masticar a muchos pobladores.
En la rama Oftalmológica nadie se quedó sin atención. Entregamos anteojos de medida a bajo costo a muchos pacientes con problemas de visión y conseguimos anteojos donados para todos los indigentes y personas con pocos recursos. Los pacientes que requieren cirugía de Pterigion ó de Cataratas han sido contactados con el Servicio Oftalmológico del Hospital Dos de Mayo en Lima, para su atención gratuita.
Los demás especialistas consiguieron gran cantidad de muestras médicas para aliviar la salud y la economía de los enfermos y al culminar 3 días de arduo trabajo, tanto los pobladores como las autoridades locales agradecieron efusivamente la atención brindada… y pensar que toda esta campaña estuvo dos veces a punto de no realizarse.
Pero… ¿Cómo y por qué llegamos hasta Corongo para esta labor? Hace casi 17 años, a través de mi amigo Alfredo Otero Balestra, Oftalmólogo, conocí a un grupo de personas, entre ellos varios médicos, dedicados a ayudar a personas humildes de zonas alejadas de la capital del país. Para financiar los traslados de médicos, equipos é instrumentos, el alojamiento y la alimentación, han conseguido el auspicio de autoridades municipales, el apoyo de la Iglesia Católica y de entidades y de personas de buen corazón peruanas y extranjeras. De esta manera, la atención médica se ha ofrecido con precios simbólicos y en la mayoría de los casos gratuita y no solamente las consultas, también las cirugías.
Estas actividades sociales se han difundido solamente a través de conversaciones entre amigos , fotografías y algunas crónicas como la que escribo, pero han tenido un efecto multiplicador, de tal modo que se han integrado nuevos médicos y en diferentes ciudades se han formado nuevos grupos promotores con capacidad de convocatoria y de organización que con solo conocer a uno ó mas de los médicos ó promotores, han solicitado y logrado el concurso de los médicos para ayudar en la salud de sus comunidades.
Casi sin darnos cuenta, la atención médica y óptica que empezó ayudando a pueblos como Lamas y Rioja en San Martín, en 1993, y Yurimaguas en Loreto, se fue expandiendo a lugares tan disímiles como San Jerónimo, Andahuaylas, Kaquiabamba y Cupiza en Apurímac; luego a Santo Tomás de Cutervo y a San Benito de Contumazá en Cajamarca. Hemos atendido en Juanjuí en San Martín y también en el comedor de ancianos Beth Miriam en Barranco. Llevamos atención médica a Malvas y San Miguel de Huarmey en Ancash; a Chaulisma en Huancavelica; a la Tablada de Lurín en Lima; a los niños y niñas del Valle Amauta de Vitarte en Lima; a Ayabaca en Piura y a Corongo en Ancash.
El trabajo fue fluyendo con total naturalidad. Un personaje notable de Tarapoto invitó a médicos amigos para atender a humildes pobladores de Lamas. La directora del hospital del seguro Social en Rioja coordinó con un grupo de médicos especialistas la atención en Rioja; al Presidente del Club Yurimaguas en Lima –médico también- le gustó la idea y los invitó a servir en el hospital Santa Gemma de su ciudad natal. Una emprendedora señora andahuaylina conoció a uno de los médicos y coordinó con el grupo la atención en San Jerónimo y luego en Kaquiabamba y en Cupiza con el apoyo del Padre Domingo de la Parroquia de San Jerónimo y de las monjitas de dos conventos en el mismo distrito, las Carmelitas de Clausura que sin salir del Convento nos preparaban los alimentos y las Hermanitas del Sagrado Corazón de María cuyo convento se convertía en consultorios y ellas en enfermeras durante nuestra estadía.
La cuñada de la señora andahuaylina es de Juanjuí y su hija, una de las promotoras de la atención médica, coordinó una visita a dicha ciudad consiguiendo apoyo municipal.
El técnico dental que trabaja con uno de los odontólogos del grupo es de Santo Tomás de Cutervo, cerca a Jaén y nos llevó para ayudar a su pueblo, consiguiendo apoyo municipal y de la Posta médica. El Alcalde de Corongo y su hija son Odontólogos. Ella trabaja con un médico del grupo y coordinó la visita a su pueblo para ayudar en la Posta Médica.
La hija de un cliente y amigo de Óptica Gafas , estudia psicología y hace sus prácticas en una Asociación de Ayuda Social y Psicológica. Al enterarse de nuestro trabajo gestionó nuestra ayuda para la atención básicamente de niños en Valle Amauta, una de las zonas pobres de Vitarte.
Uno de los médicos nacido en el pueblito huancavelicano de Chaulisma nos llevó para allá con apoyo de sus familiares. Este mismo médico ha sido elegido presidente del Club de Leones de su distrito y consiguió el apoyo de su club para servir en una de las zonas más pobres de la Tablada de Lurín y también en Ayabaca, Piura.
De Ayabaca trajeron a Lima a un niño pequeño que requería una complicada neurocirugía. Sus familiares no tienen recursos económicos pero el hermano del alcalde de Corongo es Médico Neurocirujano y lo operó gratuitamente con el único compromiso de que este año fuéramos nuevamente a servir en Corongo… y acabamos de hacerlo en Enero del 2010 como lo hicimos hace exactamente un año, por iniciativa del Alcalde Provincial de Corongo, y de su hija, ambos Odontólogos.
De esta manera se ha logrado atender a muchísima gente con especialistas que difícilmente hallarán en sus generalmente desabastecidas Postas Médicas a cargo de una enfermera ó algún joven médico cumpliendo con su SERUM –servicio obligatorio de los universitarios en entidades estatales de salud-.
Afortunadamente, cuando un médico no puede viajar, siempre conseguimos un reemplazo que se contagia del espíritu positivo del grupo. Todos consideramos estos días de trabajo social como unas cortas vacaciones que nos permiten romper la rutina y las tensiones citadinas y ayudar mientras conocemos a fondo nuestro tan necesitado país en el que nunca faltan solicitudes de apoyo médico.