domingo, 12 de abril de 2009

La casi extinguida Tiroiditis sub aguda

Les escribo recién recuperado de una afección viral tan poco común, que el médico que me trató que es catedrático de Endocrinología me quería mostrar ante sus alumnos-felizmente de vacaciones- pues en su curso siempre habla de esta rara afección pero hace muchos años que no tenía un solo caso. Me tuvo que tocar a mí, como hace quince años me dio una enfermedad prácticamente extinguida: Fiebre Escarlatina.

Los últimos días de Diciembre, cuando acababa de llegar mi papá a Lima, empecé a sentir extrañas palpitaciones, principalmente de noche, y fueron cada vez peores hasta convertirse en una arritmia. Mi corazón, latía rapidísimo y bruscamente se paraba, salteándose uno ó dos latidos y volvía a arrancar. Como me tocaba mi control cardiológico los primeros días de Enero, adelanté la consulta pensando que me tendrían que cambiar un medicamento ó por lo menos la dosis que utilizo para controlar mi hipertensión arterial. Le conté al médico que además de la arritmia tenía un dolor suave pero permanente en la tráquea y fiebres bajas que yo atribuí a un enfriamiento por dormir con el ventilador prendido, pero el cardiólogo descartó esa posibilidad y por los otros síntomas sospechó de un problema de Tiroides y me derivó al endocrinólogo. Después de los análisis de sangre y control de absorción de yodo me diagnosticó una extraña virosis que causa una inflamación de la Tiroides llamada Tiroiditis subaguda y cuyo único tratamiento es reducir los síntomas hasta que el virus desaparezca.

Les confieso que al comienzo estuve un poco incrédulo y no le dí mucha importancia al tratamiento porque mi ritmo de trabajo había mejorado, me levantaba más temprano para reparar cosas en mi casa, instalé, taladro en mano un juego de persianas en la terraza y con un simple Panadol la fiebrecita desaparecía, pero el ritmo cardíaco seguía acelerándose y el médico me llamó la atención cuando mi pulso sin ejercicio llegó a 130 latidos por minuto en vez de 70 que es lo normal y las piernas me empezaron a pesar y me invadió una sensación de cansancio y sueño permanente. Me explicó que mi tiroides había entrado en trompo con un virus adentro y que su función reguladora estaba totalmente alterada produciéndome síntomas de hipertiroidismo, que aceleraban todas las funciones del organismo y luego de hipotiroidismo. Recién empecé a cumplir con la medicación y con el descanso prescrito, pero este último tuvo que ser interrumpido el 19 de Enero en que los ladrones decidieron robarse hasta el último anteojo de mi óptica. La adrenalina me hizo sobreponerme y lograr coordinar la pronta reparación de la puerta de fierro, compra de nuevos candados, instalación de alarma y hacer los trámites policiales para la Compañía de Seguros, reponer mercadería de emergencia y continuar el negocio sin interrumpir para nada la atención al público.

Mis hijos dejaron su trabajo y se aparecieron en un santiamén para apoyarme. Roberto me notó muy acelerado é insistía en que me vaya a descansar que el se encargaba de todo, pero el representante legal, ó sea yo, tenía personalmente que hacer la denuncia policial y el cálculo estimado de las pérdidas, además de hacer mi cola en el Banco de la Nación y con mi documento de identidad comprar una especie valorada para solicitar en la delegación de policía una copia de la denuncia policial; atender personalmente a mi Agente de Seguros y al ajustador de seguros, sin dejar de medir la vista y adaptar lentes de contacto a mis clientes cuya afluencia aumentó en Enero al juntarse con los que en Diciembre por los gastos de Navidad, no se habían podido dedicar a sus ojos. Gracias a Dios, mis proveedores me apoyaron surtiéndome de inmediato y con las máximas facilidades.
Aprovechando que Marinés tomó dos semanas de vacaciones, yo decidí hacerle un poco de caso al doctor y me tomé cinco días de descanso en la playa de Santa María en casa de su hermana Maricarmen, sin teléfono celular, ni siquiera reloj. Solo relax, comida casera, un poco de natación y paseo en bote, incluyendo una suave regata de veleros cruceros casi sin viento, desde el balneario de “Pelícanos”, La Quipa, Pucusana, Santa María y Punta Hermosa. Ayer, el médico me confirmó que la Tiroides se ha normalizado y todo mi organismo ha recuperado su ritmo, es decir, ahora soy el mismo pachochudo de antes.

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