domingo, 12 de abril de 2009

AMANECER PAMPINO 27 de Enero del 2009




Estamos remontando el río Santa en plena noche, por el camino que une Chimbote con el Cañón del Pato. El potente pero antiguo bus construido sobre chasis de camión, sube lentamente por un camino afirmado con regular mantenimiento. Nuestro destino es Corongo, en el extremo norte de la Cordillera Blanca en su ladera oriental.
Pocos kilómetros antes de llegar a Huallanca, donde se unen las Cordilleras Blanca y Negra que forman el Callejón de Huaylas, debemos cruzar a la otra orilla justo donde el cañón se va angostando y el camino pegado a la Cordillera Negra tiene apenas espacio entre la gran montaña y el río. El puente es totalmente transversal al camino y para entrar en él, el espacio es tan pequeño que el bus debe girar en dos tiempos, retrocediendo y volviendo a girar hasta encajar.
Al llegar a la otra orilla, empezamos a subir la ladera por un serpenteante camino con curvas tan endemoniadas que en muchas ocasiones, como sucedió en el puente, el bus no puede terminar de virar y con más de 50 pasajeros a bordo el chofer debe retroceder, totalmente a oscuras, dejando la cola en el precipicio para luego retomar la curva y continuar el ascenso por la muy empinada cordillera. Es mejor no pensar en hacer este viaje con lluvias que afortunadamente aún no empiezan en esta zona. Es el extremo norte de la Cordillera Blanca y al sobrepasarla entraremos en el valle del río Manta afluente del Santa.
Tras casi dos horas de ascenso hasta sobrepasar los 4000 metros de altitud, empezamos a bajar hasta llegar a las tres de la madrugada al puente sobre el río Manta que atraviesa una grande y hermosa pampa a solo 1800 m.s.n.m. y un excelente clima. El bus se detuvo en el caserío llamado La Pampa donde esperaban varios vendedores de frutas de la zona. La tunas y las limas tienen gran acogida entre los viajeros y al partir el bus, los vendedores regresan a sus casas satisfechos con el producto de su venta nocturna. El bus empieza nuevamente a subir y en cada curva del camino podemos ver un bellísimo amanecer sobre La Pampa. La empresa de buses que nos trae por estos peligrosos caminos se llama “AMANECER PAMPINO” y recién ahora comprendemos el origen de tan llamativo nombre.
El motor vuelve a rugir mientras enfrenta la cuesta y las curvas para llegar esta vez hasta 3200 m.s.n.m. a la ciudad Corongo a orillas del río del mismo nombre. Mucha gente ha oído hablar de este lugar gracias a la fama de Las Pallas de Corongo. Las Pallas son danzas que ejecutan las mujeres coronguinas en filas de a dos, acompañadas por tambores y violines, ataviadas con grandes tocas y luciendo vestidos largos con hermosos bordados. Estos trajes han sido la inspiración para los estilizados vestidos de nuestras reinas de belleza en certámenes internacionales obteniendo con frecuencia el reconocimiento a mejor traje típico.

El Alcalde de Corongo nos recibe a las 6 de la mañana en la Plaza Mayor. Es médico Odontólogo y a través de su hija, amiga nuestra, también Odontóloga, ha gestionado el apoyo de nuestro grupo de acción social para atender a su población en las especialidades de Medicina General, Odontología, Oftalmología y por supuesto la Optometría y la Óptica para atender las recetas del oftalmólogo. De inmediato, el alcalde dispone transportar nuestros materiales, equipos é instrumental al Centro de Salud y nuestro equipaje es llevado a un hospedaje ubicado en la misma plaza y ¿Cómo creen que se llama el lugar?...justo lo que necesitamos con urgencia tras un viaje de 18 horas desde Lima: ALOJAMIENTO “QUE RICO DESCANSO”.
Ayer partimos de Lima a las 2 de la tarde, desde el terminal de buses de Fiori en la Panamericana Norte y a las 8 de la noche paramos a cenar cerca de Chimbote en un restaurant de carretera llamado “EL BUEN ELEGIR”. Los platos sencillos como lomo saltado ó los tallarines y hasta el arroz chaufa estuvieron agradables, sin embargo a uno de los médicos se le ocurrió pedir una sopa de cangrejo y no tardó en quejarse con el mesero: “Este cangrejo parece de plástico; sólo está de adorno; la sopa no sabe a nada”. En los restaurantes de carretera es mejor fijarse en lo que pide el chofer.
Hemos descansado apenas dos horas en el Alojamiento y ya nos llaman a desayunar un delicioso caldo de gallina, pan con queso y huevos fritos. A las 8:30 am la gente ya está formando cola para la atención de los especialistas. La demanda es enorme. Felizmente el local es grande y los médicos disponen de ambientes apropiados.
En un consultorio, uno de los Odontólogos hace moldes para fabricar dentaduras postizas. Es un experto en prótesis dentales. En el consultorio vecino, tres Odontólogas -entre ellas la hija del Alcalde de Corongo- curan casi mágicamente todas las piezas dentales posibles y solo extraen las insalvables. Los cuatro forman un equipo envidiable. Nunca pierden la sonrisa a pesar del cansancio y con su carisma logran el apoyo voluntario de todo el personal del Centro de Salud.
En otro consultorio el Médico General atiende sin parar diversos casos de gastroenterología, parasitosis, artritis, lumbalgias, cefaleas y traumatismos diversos. Es un experto en tratamiento del dolor y entre la medicina alternativa domina también la acupuntura.
El Oftalmólogo y yo hemos invadido el consultorio del director del Centro de Salud y hemos cambiado temporalmente la disposición del mobiliario y la camilla para las cirugías, la medición de vista y la selección de monturas para anteojos. Mientras el médico hace los tratamientos y las cirugías, yo hago las mediciones de vista, asesoro a los pobladores en la selección de la montura más apropiada y preparo los pedidos para enviar desde Lima en uno de los próximos viajes del bus de “AMANECER PAMPINO”.
Durante el intermedio para almorzar y al atardecer después de la atención, recorremos a pié las calles finamente empedradas de la ciudad, visitamos su Plaza Mayor, su nuevo y bien ubicado hotel a punto de inaugurarse y su antiguo puente de piedra tallada. La ciudad está muy limpia, su gente es acogedora, tienen aguas termales cercanas que podrían mejorar su infraestructura todos están a la espera de mayor afluencia turística pero deben resolver su punto crítico: Su conección con el resto del Callejón de Huaylas requiere de una gran inversión en obras viales desde Corongo hasta Huallanca donde ya todo el camino es pista asfaltada.
Seguimos trabajando y además de los problemas visuales más comunes, encontramos muchos casos de carnosidades en los ojos (Pterigion) producidas por exceso de exposición a la radiación ultravioleta. También son comunes las obstrucciones del conducto lacrimal. Cuando se obstruye el conducto de drenaje de las lágrimas que une el ojo con la garganta, el excedente de lágrimas sobrepasa la capacidad de contención de los párpados y el contínuo lagrimeo produce inflamación crónica de los párpados. Para felicidad de los pacientes, el Oftalmólogo de nuestro grupo ha diseñado el método y construído los instrumentos para reabrir el conducto lacro-nasal mediante trépano-punción. Es emocionante ver las caras de alivio de sus pacientes cuando sus párpados dejan de irritarse por el constante lagrimeo. Con este procedimiento quirúrgico recuperan el drenaje normal de sus lágrimas después de lubricar el ojo.
Muchos adultos mayores acuden para recuperar su visión cercana con los lentes apropiados para la presbicia, entre ellos hay sastres y costureras, mecánicos y artesanos. Son tres días de intenso y emotivo trabajo. La gente llegó desde anexos y comunidades vecinas gracias a la difusión lograda por el personal municipal y de salud.
El último día de atención coincide con el Aniversario de la creación de la Provincia de Corongo y pudimos disfrutar del almuerzo comunal y el gran desfile de las Pallas de Corongo con sus tradicionales vestidos y música típica. Han asistido todos los alcaldes distritales y personal del Instituto Nacional de Cultura.
Es hora de partir. Mañana todos tenemos trabajo en Lima. El bus solo espera por nosotros pero la cola de pacientes continúa y nos parte el corazón dejar de atender a personas que caminaron varias horas y esperaron desde la madrugada por una atención especializada. El bus se fue. El alcalde tuvo que disponer que al finalizar la atención, una movilidad municipal nos lleve hasta Caraz para conectar con buses a Huaraz y luego a Lima. Es una camioneta 4 x 4 moderna, con suave suspensión y buen radio de giro apta para estos caminos. Todo parece salir a la perfección hasta que la lluvia hizo su debut y la serpenteante carretera de bajada al río Santa se rompió interrumpiendo el tráfico. Hay una cola de vehículos de bajada y otra mayor de subida pero con la esperanza de cruzar antes del anochecer pues ya la brigada del Ministerio de Transportes está en plena reconstrucción. Menos de una hora después el camino es reabierto y en poco tiempo llegamos a la hidroeléctrica de Huallanca en el Cañón del Pato y luego a Caraz Desde allí ya pudimos conectar con buses a Huaraz y a Lima, hacer un meteórico turismo por el centro de Huaraz y saborear un pollito a la brasa antes del retorno. Esta vez si conseguimos un moderno bus-cama que partió de Huaraz a las 10 de la noche y amaneció en Lima. Estaba tan cansado que viajé toda la ruta prácticamente inconsciente. Cuando abrí los ojos estaba en Puente Piedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario