lunes, 6 de septiembre de 2010

Pueblo Nuevo de Ica. Entre los rezagos del sismo y el desarrollo
















Pueblo Nuevo de Ica. Entre los rezagos del sismo y el desarrollo
RobertoMongeRivero 6 de Setiembre del 2010
Muchos pequeños pueblos y caseríos de Ica están lentamente superando el violento retroceso causado por el terremoto de Agosto del 2007. Aún se notan sus estragos, en un departamento que se acerca al pleno empleo, gracias al crecimiento de su agroindustria, sus textiles y pesqueras y es notorio el contraste entre nuevas construcciones de material noble junto a viviendas destruidas.
El distrito iqueño de Pueblo Nuevo que visitamos este fin de semana, ha conectado mediante una pista asfaltada a todos sus caseríos con la Panamericana Sur. Ahora el transporte público y de carga llega desde Ica en pocos minutos, sin maltratar los vehículos. Se nota la inversión del gobierno local pero falta mucho por hacer en vivienda, educación y salud.
Una de las nuevas construcciones ubicada frente a una hermosa plazuela recientemente inaugurada en el caserío Pongo Chico del distrito iqueño de Pueblo Nuevo, es su Centro de Salud. Es un local amplio con buena iluminación natural y excelente ventilación, pero que aún carece de muchos equipos médicos y para paliar la carencia mientras se consiguen los equipos, un antiguo vecino del distrito que ahora vive en Lima, conectó a su alcalde con un médico amigo que es el actual Presidente del Club de Leones de Santa Beatriz.
En corto tiempo acordaron que el Club de Leones convocaría a un grupo de amigos y colaboradores médicos de diversas especialidades para atender gratuitamente a los pobladores del distrito y la Municipalidad de Pueblo Nuevo se encargaría del transporte, alojamiento y alimentación durante el fin de semana.
El viernes 3 de Setiembre a las 11:30 de la noche partió el bus rumbo a Ica y entre sus pasajeros viajamos especialistas en Medicina General, Pediatría, Otorrinolaringología, Odontología, Neurología, Oftalmología y Óptica oftálmica. Cinco horas después, el transporte contratado por el Alcalde de Pueblo Nuevo nos recogió del terminal de buses en Ica y nos llevó a un hostal para descansar dos horas y luego de un buen desayuno iniciamos la atención hasta las 6 de la tarde, con una breve interrupción para almorzar. Nos preguntaron si habíamos sentido un temblor a las 6 de la mañana. Nadie en el grupo lo sintió. Nuestro sueño fue a prueba de ruido y temblores.
La asistencia de pacientes fue masiva y todos terminamos agotados pues la noche anterior pudimos descansar muy poco en el bus y solo dos horas en el hostal. Nos invitaron a comer un gran plato de chicharrón de pollo con papas fritas y nos fuimos al hostal dispuestos a tomar una buena ducha y dormir. ¿Dormir? No será fácil. Hay fiesta en la terraza junto a la piscina y el pequeño bar no se da abasto para atender a los jóvenes en plena “fiebre de sábado por la noche”. El hostal tiene terma solar y bastante agua caliente. Después del baño, a pesar del gran volumen de la música, me quedé dormido.
Desperté con los gritos de una jovencita que trataba de impedir una pelea entre dos galanes posiblemente ebrios. Aún no amanecía. El reloj marcaba las 4:45 de la madrugada y la música seguía. Terminó la bronca y dormí nuevamente hasta las 7 en que el coordinador nos despertó para desayunar. El equipo de música seguía sonando y aún algunos jóvenes conversaban y bebían en el bar.Llegamos a Pongo Chico a las 8 de la mañana a continuar la atención y el Centro de Salud reventaba de gente. Tuvimos que ordenar las colas por especialidades y atender sin parar hasta las dos de la tarde. En el almuerzo de despedida, un emocionado promotor y un agradecido alcalde nos felicitaron por el buen desempeño en la atención de cientos de pobladores y regresamos a Lima, cansados pero contentos, con una botella de buen Pisco Puro de Ica y un kilo de enormes pecanas.