martes, 31 de agosto de 2010

MAYORMENTE DESCONOZCO Parte I

MAYORMENTE DESCONOZCO. Parte I
Roberto Monge Rivero
10 de Marzo del 2010

Estoy efectuando el exámen preventivo anual de la visión de los empleados de Luz del Sur en un amplio auditorio de su local de Chacarilla que comparto con los médicos de otra institución que efectúan exámenes clínicos y que ocupan la mitad posterior del auditorio. Es viernes 19 de Febrero y afuera, el calor es insoportable. El potente aire acondicionado cercano al ingreso y a la zona que ocupo, está al máximo para que pueda llegar a los médicos y pacientes de la zona posterior, pero a mí me da en la espalda y siento que me enfría demasiado. La atención es bastante fluída y no me permite cambiar de ubicación a los equipos. El lunes debo continuar en este mismo local pero antes de iniciar me reubicaré fuera del alcance del frío chiflón. En los momentos en que disminuye el flujo de la atención, aprovecho de salir al lobby y normalizar mi temperatura.
Los viernes los empleados de esta empresa no trabajan por la tarde y en vez de un menú de cafetería, almorzaré en casa y tendré tiempo de hacer una pequeña siesta antes de irme a la óptica. Desperté de la siesta con el cuerpo cortado. Es posible que el enfriamiento por el aire acondicionado me esté produciendo un resfrío pues estoy con fiebre. Apenas pasó de 38° tomé dos pastillas de Paracetamol y me bajó de inmediato pero a las 9 de la noche me volvió a subir y esta vez hasta 39.5° y acompañada de un dolor en la articulación de mi hombro izquierdo. Sigo pensando que la causa es el aire acondicionado que además me ha producido una bursitis. Una nueva dosis de paracetamol me calmó la fiebre y el dolor pero reaparecieron con fuerza a las 2 de la madrugada.
Si se trata de un virus, espero que el fin de semana los síntomas disminuyan pues los días lunes y martes tendré mucho trabajo.
Me pasé todo el fin de semana tomando los antipiréticos, transpirando, duchándome, cambiando ropa, sábanas y almohadas. La fiebre no cede y el dolor del hombro tampoco ni con ungüento antiinflamatorio. Sin contar el hombro, no aparece ningún síntoma respiratorio, digestivo ni urinario. Solo fiebre cada 5 horas.
Premunido de suficientes pastillas de antipirético y bastante líquido para compensar la deshidratación por la sudoración excesiva al bajar la fiebre, atendí en la óptica a mis clientes el sábado y el lunes. El martes completé mi trabajo en Luz del Sur pero el cuadro sigue idéntico. El estómago funciona perfectamente y en mi garganta no aparece ni siquiera una garraspera. Me acaban de comunicar que los exámenes preventivos del miércoles 24 y del jueves 25 han sido postergados. Esto me viene muy bien. Me impedirá el stress de trabajar afiebrado con tanta gente y no creo que un virus dure más de una semana. Solo me quedará un día de trabajo intenso el viernes.
La fiebre no quiere desaparecer. Es jueves 25 de Febrero y ya tengo siete días contínuos de fiebre y sin ningún otro síntoma. Marinés llamó al médico del seguro. Esa misma tarde me revisó y confirmó que los esperados síntomas urinarios, gastrointestinales ó respiratorios brillaban por su ausencia. No parece una gripe viral. ¿Diagnóstico? La respuesta fue muy parecida a la generalmente utilizada por algunos vigilantes desinformados ó algunos policías con órdenes precisas de no informar al periodismo sobre algún suceso ó persona investigada: “MAYORMENTE DESCONOZCO”, respuesta que les suena más importante que un simple NO SÉ. Sin embargo el médico agregó “pero además de la fiebre alta, usted está con hipertensión arterial, arritmia cardíaca y taquicardia. Si no quiere arriesgarse a sufrir un síncope le recomiendo que se interne en una clínica y que de inmediato empiecen a hacerle los exámenes y análisis necesarios para dar con la causa y ordenar el tratamiento para estabilizarlo.”

Ahora a buscar quien me sustituya en los exámenes visuales que mañana debo hacer a los empleados de PHILLIPS . Es un poco tarde para ubicar a alguien que esté disponible para mañana viernes desde las 8 am. hasta las 3 pm. No me queda más opción que hacer mi trabajo rápido, terminar lo antes posible é irme a la clínica. Después del fiebrón de la madrugada del viernes y un par de cambios de pijama por la transpiración, amanecí sin fiebre, me duché, me vestí y le pedí a Marinés que me dejara en las oficinas de Phillips que felizmente están cerca en la torre de oficinas del Hotel Marriott frente a Larcomar. Dejé listo mi maletín con mi ropa y efectos personales y yo la llamaría al terminar mi trabajo para irnos directo a la clínica.
A pocas cuadras del Marriott empecé a temblar y castañetear los dientes. La fiebre subía rápidamente. Paramos en una bodega a comprar una botella de agua y tomé dos paracetamoles más que hicieron un rápido efecto, cesaron los escalofríos y subí a trabajar. No aparece ningún otro síntoma inflamatorio ó doloroso. Atendí sin parar a más de 30 personas y durante el receso para almorzar…¡otra vez la fiebre! Ya son ocho días consecutivos y no cede. Cualquier virus conocido ya hubiera terminado su ciclo y alguna bacteria ya se habría dado a conocer con algún síntoma adicional a la fiebre.
Terminé temprano, Marinés me recogió y fuimos directamente a la clínica. El médico me examinó pero no encontró nada inflamado. Solo pudo observar una fotofobia. Cada día que pasa la luz me molesta más y trato de mantener los ojos cerrados. Ordenó exámenes de orina, de sangre y cultivos. Esa misma noche me dijo que los leucocitos cuyo nivel normal son 5000, estaban cerca de 25000, que la infección es seria y que al día siguiente me tomarían otra muestra. En la mañana del sábado los leucocitos seguían subiendo y bordeaban los 27000 y empezaron con el escaneo. Ganglios normales, tórax normal, pulmones sanos, corazón normal salvo una leve arritmia que ya tenía antes de la fiebre; abdomen normal, hígado, riñones, páncreas normales, salvo una hipertrofia benigna de próstata también pre-existente a la fiebre.
Subió a mi habitación otro médico, esta vez un gastroenterólogo. Nuevamente el examen clínico salió normal pero me hizo una colonoscopía al mediodía. Tengo algunos divertículos en el colon pero ninguno está inflamado. Siguen sin encontrar el origen de la fiebre pero el microorganismo causante me está provocando una septicemia. No queda más remedio que iniciar un tratamiento vía endovenosa con fuertes antibióticos de amplio espectro. Me colocaron suero y una vía por donde aplicar los medicamentos pero mis venas no soportan más de un día la pequeña cánula y ante la flebitis que me genera, las enfermeras se ven obligadas a cambiar de brazo y de lugar para colocar una nueva vía cada segundo día. Mis antebrazos están hinchados y llenos de moretones como si fuera un drogadicto y cada vez que me sacan los esparadrapos que sujetan la vía, me arrancan dolorosamente los vellos del brazo. No sé como las mujeres se depilan voluntariamente.
Aún con la fuerte dosis de antibióticos a la vena, la fiebre continúa y la fotofobia se hace más intensa. La televisión se concentraba en el terremoto en Chile donde vive mi hija Mariana y cuyo departamento en el piso 25 de un edificio antisísmico no sufrió daños. Yo solo podía escuchar sin soportar mirar la luz de la pantalla. Estoy tomando suero de rehidratación oral para compensar el agua perdida por la excesiva transpiración y estoy perdiendo cada vez más el apetito. Sé que es martes 2 de Marzo porque Marinés me lleva la cuenta. Son cuatro días más hospitalizado y con antibióticos; la fiebre, tras doce días consecutivos, no cede y la causa no aparece en los análisis. A pesar de mis contínuos baños y cambios de ropa, la transpiración por la fiebre y el calor del verano me han producido sarpullido en la espalda.
Hasta que por fin el miércoles 3 de marzo amanecí sin fiebre y sin haber recibido antipiréticos, pero sigo en observación y sin diagnóstico. He perdido cinco kilos de peso y no me he afeitado en dos semanas. El viernes por la tarde el médico me anunció: “Mañana te doy de alta restringida porque no tenemos ni idea del origen de tu enfermedad, pero como ya tienes tres días sin fiebre alta y te sientes mejor, ya abres los ojos y mejoró tu apetito, es más seguro que continúes tu recuperación en casa y con antibióticos vía oral, pero antes de ir a casa, pasa por el NAMRID en el Hospital Naval. Es un instituto de investigación de enfermedades tropicales que funciona por un convenio entre la Marina norteamericana y la peruana. Te esperan el sábado a mediodía para tomarte nuevas muestras de sangre y esperemos que encuentren la causa de la fiebre.”Hoy es miércoles 10 de Marzo y ya tengo una semana sin fiebre pero sigo esperando algún resultado.
Mis amigos y familiares se aventuran a creer unos en Dengue, otros en Malaria, otros en la Influenza Porcina y como el cuadro clínico no coincide con ninguno de ellos, cuando me preguntan ¿Qué tuviste? Solo puedo contestar como un desinformado huachimán: “MAYORMENTE DESCONOZCO”.